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Enemigos o aliados psicológicos del entrenamiento

Como deportista de alto nivel pasas muchas horas al día entrenando, es parte fundamental de tu preparación física pero también psicológica. Los entrenos ponen a funcionar el cuerpo pero también la mente. Cada entrenamiento es una oportunidad para aumentar tu capacidad física pero también para ganar recursos de afrontamiento. Cuando hablamos de afrontamiento hacemos referencia a predisposición que tiene una persona a actuar o reaccionar ante diversas situaciones. A partir de tu personalidad, tus experiencias vitales y deportivas, el ambiente, enfrentarás de una manera u otra las situaciones del entrenamiento y la competición.

Tu año como deportista tiene

más de 250 días de entrenamiento,

más 50 de competición,

SÓLO 1 de éxito

No podemos olvidar que sin una buena preparación, las opciones de éxito en competición lógicamente se reducen. Pero los entrenamientos pueden ser un arma de doble filo. Depende de tu manera de vivirlos y afrontarlos, se convertirán en enemigos o aliados de tu rendimiento y bienestar.

A medida que pasan las categorías, los deportistas van elevando su nivel de entrenamiento (horas, implicación, intención y esfuerzo, calidad…). Esto no suele ser sinónimo de aumento de la confianza, en ocasiones incluso ha supuesto una presión extra en las competiciones. “Con todo lo que entreno, me tiene que salir bien la competición si o si”.
Como había dicho, sin una buena preparación, no hay rendimiento en competición. Pero sin una buena gestión psicológica, vemos que, una cosa no garantiza la otra.

Es indudable que dedicas mucho tiempo y esfuerzo a entrenar como parte de tu preparación integral. Entrenadores y profesionales de apoyo buscan los mejores métodos (de entrenamiento, de gestión del grupo…)  para que cada entrenamiento sume. Pero en ocasiones, esto se convierte en una tarea complicada por diferentes motivos:

  • Fisiológicos - el cuerpo no da para más, está al límite de sus capacidades.
  • Psicológicos - la cabeza no puede hacer frente al entreno. 
  • Circunstanciales - hoy no es el día. Factores de estrés externos, problemas de fuera...

Desde la psicología del deporte trabajamos con los deportistas para potenciar los factores psicológicos que influyen en tu rendimiento antes, durante y después de un entreno. Estos aspectos pueden convertirse en tus enemigos o en tus aliados del día a día.

ANTES del entrenamiento

¿Qué habrá de entreno? ¿Podré con ello? ¿Cómo me voy a encontrar?

La mayoría de los deportistas tratan de "adivinar" qué entreno tendrán que afrontar. En ese momento comienzan a activarse procesos mentales. Pensamientos, tirar de otras experiencias y por supuesto, emociones. A tener en cuenta, tres factores: tu motivación, las experiencias previas y tu estado emocional, que van a influir en otras variables psicológicas como la autoconfianza y tu atención.

  • Motivación: Muchos son los factores que pueden influir en tu motivación. Las experiencias previas, tus vivencias personales, el momento de la temporada en el que estás, tu relación con el entrenador y tu grupo de entrenamiento o equipo. A veces tu motivación depende del día. Aunque nos encantaría, no podemos estar siempre a tope de motivación. Teniendo esto en cuenta, observa cuál es tu motivación antes de los entrenamientos. Si tu baja motivación se vuelve algo frecuente, ¡mira a ver qué pasa!
  • Experiencias previas: Tu cerebro es un potente ordenador que almacena gran cantidad de información. Las experiencias que vives, aportan información útil (o no) sobre lo que vas a vivir y ayudan a que te coloques frente a las situaciones futuras. Si has tenido un entrenamiento malo o esas mismas tareas han sido muy difíciles para ti y te has sentido frustrado por ello, puede que te conecte con emociones de defensa (miedo, tristeza, enfado). Si es así, tu rendimiento puede que no sea el esperado. Y también puede ser que pase todo lo contrario. Que tengas recuerdos de un buen entreno similar y conectes con una motivación extra y emociones de aproximación (alegría, amor, curiosidad).
  • Estado emocional: ¿Es importante el estado emocional que llevemos al entrenamiento? ¡Sin duda! De hecho puede ser un gran condicionante del rendimiento. Las emociones son reacciones automáticas ante estímulos y tienen un gran poder movilizador. A veces es inevitable acudir o estar en el entreno con emociones "negativas".  Expresar con tu entrenador/a cómo te sientes, puede ayudar a que éste sepa y entienda cuál es tu estado emocional y pueda ajustar sus conductas durante el entreno. Por ejemplo, si estás enfadado o triste, puede exigirte algo menos, reforzar cada buena acción que haces, o dejarte algo más de espacio. Además, en esos días trata de evitar entrar en bucle y pon tu atención fuera, en el grupo, la eficacia en las tareas... Esto puede ser una manera de regular tus emociones.

Expresar con tu entrenador/a cómo te sientes, puede ayudar a que éste sepa y entienda cuál es tu estado emocional y pueda ajustar sus conductas durante el entreno.

DURANTE del entrenamiento

"¿Tengo buenas sensaciones? ¿Me siento cansado? ¿Me duele algo?"

Tras saber lo que hay en el menú de entrenamiento de hoy… ¡Empieza lo bueno! Y digo lo bueno porque cada entrenamiento es una gran oportunidad para prepararte, ganar recursos para afrontar retos, y aprender. A nivel psicológico es brutal lo mucho que se aprende si sabemos ser conscientes de ello.

Cada entrenamiento es una gran oportunidad para prepararte, ganar recursos para afrontar retos y aprender.

  • Atención: implica dirigir todos tus sentidos hacia uno o varios estímulos. Es un enemigo si durante el entrenamiento no eliges bien a qué atender. Convierte la atención en tu mejor aliada poniendo tus sentidos en lo que depende de ti, en lo que tú puedes controlar o cambiar, independientemente de que tus sensaciones ese día sean buenas o malas.
    Para facilitar esta tarea, habla con tu entrenador para ver cuáles son las referencias que podéis tomar en cuenta para saber si el entrenamiento va bien o no. Por ejemplo: tiempo en las series, pulso, gestos técnicos. Cuanda una de estas referencias no va bien, siempre puedes poner el foco en la siguiente.
  • Pensamientos: lo que te dices en un entreno, tu cuerpo se lo cree. El autodiálogo negativo en el deporte es un enemigo gigante. Muchos deportistas creen que tienen que cambiar sus pensamientos de negativos a positivos y no es tan fácil, incluso no sería del todo bueno. No puedes parar tus pensamientos ni controlarlos, pero sí re-conducirlos. Para ello, te recomiendo que te alíes con la atención y podrás dirigir tus sentidos y pensar en cosas que sumen.

Cambia “no puedo”, “qué malo soy” por poner el foco en la tarea “venga, aumenta la intensidad”. Cambia el “qué cansado estoy” por “va, aguanta”

  • Autoconfianza: una de las variables más determinantes en el rendimiento. Valora tu esfuerzo y sobre todo utiliza el auto-refuerzo positivo durante el entrenamiento. "¡Bien, buena serie!", "Vas bien, sigue". En ocasiones, la autoexigencia puede hacer que no pongas foco en las cosas que SÍ estás haciendo bien.
  • El poder del grupo: normalmente no entrenas solo y el grupo/equipo ayuda a empujar en los momentos más complicados. Tener un ambiente relajada, positivo y buenrollero puede sacar lo mejor de ti. Deja la mala vibra fuera y fomenta los valores del deporte como el compañerismo y el respeto que te harán tener un grupo sano y que te ayude a disfrutar más del duro camino.

 

DESPUÉS del entrenamiento

"¿Ha ido bien? ¿He sido capaz de conseguir el objetivo del entreno? ¿Ha sido un entreno malo o bueno puntual?

Hacer un buen análisis de los entrenamientos puede ayudar a que tu motivación y autoconfianza no se vean incluidas significativamente. Entrenas cada día, incluso dos veces, imagina que dependiendo de lo que pase en cada entrenamiento eso modifique tu estado de ánimo, tu motivación, la confianza en tus capacidades… Sería una auténtica locura, cada día modificando estos y otros datos sobre ti. Al final del día, ¿con qué te quedarías? Posiblemente, no con lo positivo. Entonces, ¿cómo hacer para evitar que tu manera de vivir y analizar los estrenos te metan en una montaña rusa sin fin?

  1. Antes de analizar, ¿qué es para ti un buen o un mal entreno? En esta cuestión es importantísimo dejar a un lado el rendimiento de los compañeros para evaluar TU propio rendimiento.
  2. Observa lo que ha sucedido en el entreno con una visión más objetiva. A veces ayuda pensar que el entrenamiento lo ha hecho otra persona, seguro que eres más buena gente con otro que contigo mismo.
  3. Evita los extremos y los términos absolutos: bien VS mal, todo VS nada.
  4. Piensa, sin que sea una excusa, qué ha podido influir en que no fuera bien el entreno (factores fisiológicos, psicológicos y circunstanciales). Por ejemplo, en semana de exámenes, es natural que estés más tenso, más cansado y que tus recursos estén en lo académico.
  5. Valora tu esfuerzo, eres humano y no siempre vas a estar al 100%.
  6. Evita el modo lavadora, por más vueltas que le des al entreno, eso no te hará sentir mejor.
  7. Observa tu gestión mental. ¿Los factores psicológicos han sido enemigos o aliados en tu entreno? ¿Cuál era tu estado emocional? ¿Dónde estaba tu atención y tus pensamientos? ¿Te has apoyado en tu entrenador/a y tu equipo?
  8. ¿Qué has aprendido? ¿Qué puedes hacer diferente en un entreno similar?

Si ante un entreno complicado, sueles tener una y otra vez las mismas dificultades y aun tratando de poner todos los recursos con los que cuentas sigues encontrando enemigos imbatibles, puede ser el momento de trabajar tu mente.

Los profesionales de beOn te ayudan a que entrenes estos factores psicológicos y los conviertas en ALIADOS.

2 comments on “Enemigos o aliados psicológicos del entrenamiento”

    1. Muchas gracias Ule!
      Nos alegra que este tipo de contenidos sean de tu interés. Te agradecemos si lo compartes con tus nadadores 😉
      Un abrazo!

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